La divinidad y el culto imperiales en la legislación romana desde el período constantiniano
Resumen
Desde 312 hasta 455, el cultus deorum, lejos de desaparecer, tendió a convertirse, sin perder su carácter primordialmente consuetudinario, en una religión cuyo centro era el culto de los príncipes. A pesar de la progresiva cristianización del Imperio, las leyes se referían a los emperadores vivos en su condición de numina, en tanto que los fallecidos recibían el título de diui. En consecuencia, sus disposiciones tenían valor de normas sagradas, y su infracción suponía incurrir en sacrilegio. No obstante, al igual que en otros campos, no hubo una regulación específica ni exhaustiva del culto imperial. Fueron fundamentalmente tres los aspectos a los que prestaron atención normativa: la celebración de las fiestas imperiales, su calendario y el protocolo de la llamada “adoración”.
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ISSN1575-166X/ EISSN 2173-6847